Tras meses de concienzuda preparación, Javi, Juan, Alfonso, Víctor, Juanma, Tony y Juanjo se desplazaron hasta los Alpes junto con sus familias para disfrutar de este durísimo triatlón que consta de 2.200 metros de agua en las gélidas aguas del lago Verney (15 grados), 119,5 kilómetros de bicicleta con +3.200 en los que la traca final era la subida al mítico Alpe d’Huez y finalmente 20 kilómetros a pie a 1.800 metros de altitud con +300.
























A pesar de que la hora de salida era a las 9:45, el agua no había cogido temperatura y más de un compañero salió del agua con calambres en los cuádriceps. ¡Mal empezaba la cosa!
Los primeros 30 kilómetros de bici fueron favorables y muy rápidos sacando 40 de media sin pestañear e inmediatamente después subida a Alpe du Grand Serre: 15 kilómetros en los que se ascienden 1000 metros. Bajada rápida y el Col du Malissol, bajada y subida al segundo gran puerto, Col d’Ornon de 13 kilómetros y +650. Vertiginosa bajada y ya con 100 kilómetros y +2200 en las piernas desde Bourg d’Oisans se veía la subida a las 21 míticas curvas del Alpe d’Huez con sus durísimos 13,8 kilómetros y +1100 que no dan descanso. Un puerto durísimo que, sumado al calor que hacía, pondría a los participantes en su sitio y marcaría el devenir de la carrera a pie.
Una vez arriba, 3 vueltas a un circuito de terreno mixto con +100 en cada vuelta. En el recuerdo de todos quedará la empinadísima bajada de la pista de aterrizaje que hizo las delicias de los cuádriceps.
Luchando contra los calambres y animados por los numerosos espectadores y familiares, todos entraron a meta.
Un momento muy especial de paz y superación personal. Cada compañero sabe lo que ha pasado en los meses previos hasta poder cruzar la línea de meta.
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